Bifrutas Pasion

By Sugar Lane - Sunday, March 06, 2011

En España nadie regala nada, nadie excepto el señor Pascual, quien lleva 2 semanas regalando zumos Bifrutas por las estaciones del metro de Madrid.

Lo que la gente hace por llevarse algo gratis a casa siempre me ha sorprendido, empezando por los que según suben las escaleras del metro aceleran el paso al ver los carritos con sombrillas llenos de periódicos gratuitos, según se acercan a los distribuidores y a la muchedumbre la tensión aumenta. Hay que coger los 3; Que!, ADN y 20minutos, es una cuestión de vida o muerte.

Después están los que afrontan las ferias de Ifema como un deporte de riesgo, en algunos stands dan carritos para que te lleves a casa todos los souvenirs de los stands de la competencia… gente que va con maletas cargadas de trípticos, los que se pegan por el Hola! Alta Costura en Cibeles (aquí me incluyo), los que no se despegan de los stands donde dan comida o bebida, los que se recorren Fitur entero para conseguir una chapa de “I love NY” en el stand de la ciudad, y los que cogen bolsas en cada sitio posible, a estos les da igual lo que lleven dentro, como si no llevan nada, el que lleve la bolsa más grande es el que va a volver a casa más contento.

Otra variante de adictos a lo gratis son los coleccionistas de lápices de Ikea, que en casos patológicos llegan a llevarse hasta los metros de papel de 6 en 6. Los que arrasan con las amenities en los hoteles, aunque sean bolsas para la ropa sucia…

Pero vuelvo al Bifrutas, que es lo que me ha llevado a escribir este post. Resulta que los Bifrutas han causado un furor especial, y yo creo que ha sido por 3 motivos: es bebida, la gente sale de casa sin desayunar y, lo más importante, los daban de dos en dos!!!

Esto ha llevado a la siguiente escena, mucho más impactante que el revoloteo de gente en ayunas alrededor de los azafatos Pascual:
7:25 in the morning, intercambiador de Moncloa, Linea 6, Andén 1. Yo y otros cuantos madrugadores nos sentamos en el vagón (unos se sientan, otros se lanzan desde la puerta al asiento, no sea que les toque ir de pie… lo gracioso es que todas las mañanas somos las mismas personas y los mismos asientos, y siempre sobran, pero la gente sigue empujando para sentarse antes que nadie), y el tren no arranca (como tantas otras mañanas), pasan unos minutos y siguen entrando pasajeros al vagón, y de repente una chica entre con su pack de bifrutas, seguida por un estudiante de arquitectura, y después otra chica más a la que le acaban de regalar el desayuno, y sonríe inevitablemente, agarrada a sus zumos como si el ojo de Sauron la vigilara. Y ahí es cuando la señora que está sentada a mi lado, esa que casi me tira para poder sentarse antes que nadie, antes de que le salga un sarpullido por envidia le pregunta a la chica dónde le han dado los zumos, y si son gratis. Y de repente, toda la prisa que tenía por llegar a tiempo al trabajo queda relegada a una segunda posición, ahora solo importa llegar antes que nadie a la fila de los bifrutas. La señora salió corriendo del vagón, a riesgo de que las puertas le pillasen un brazo al cerrarse, pero eso poco le importó, porque seguro que algún día en otro lugar los brazos también los regalen…

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  1. Me encanta, yo me llevo los metros de papel de Ikea, van de cine para el bolso, no pesan y yo ando siempre tomando medidas! la prensa la compro y la comida y bebida también,lo de Ifema es tal cual! jajajaj

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