El viernes pasado estuve en el paraĆso.
Y ni siquiera le tuve que pedir permiso a San Pedro, solo al puerta del garito de turno. Y es que por primera vez en mucho tiempo entrƩ en una sala llena de heteros que bailaban a ritmo de The Killers en un espacio sin humos.
Por fin se puede salir de fiesta sin tener que volver a casa con los ojos rojos, dolor de pies y cada poro de piel, ropa y pelo impregnado de olor a cenicero. Aun asĆ no deja de ser ridĆculo que el aire del dancefloor sea mĆ”s respirable que el de las aceras.
Last Friday I was in paradise.
And didn’t have to ask permission from San Pedro, only from the doorman. So for the first time in a long time I walked into a room full of straight men dancing to the beat of The Killers in a non-smoking area.
Finally you can party without having to go home with red eyes, sore feet and every pore of skin, hair and clothes impregnated with the smell of an ashtray. The ridiculous part is the fact that the dancefloor air is more breathable than that at the sidewalks.